La mal llamada oposición en Venezuela parece no tener fondo en su declive y se postra cada vez más frente al chavismo que controla todas las esferas del poder político y judicial en ese país. Es así que ahora, su az bajo la manga, para tentar una victoria en las elecciones presidenciales, es Tamara Adrián, exdiputada y mujer transexual con una agenda globalista y pro LGTBIQ+ bajo el brazo.
Tamara Adrián fue la primera diputada transexual electa en el año 2016 en la Asamblea Nacional de Venezuela, Poder Legislativo ampliamente controlada por Maduro y sus secuaces. La activista LGTBIQ+ llegó a la Asamblea a través del supuesto partido opositor, Unidos Por la Dignidad. Desde entonces, ha venido impulsando una agenda globalista y sexualizadora con el objetivo de transgredir las fronteras entre la libertad sexual y el libertinaje de la misma.
La ahora aspirante a la presidencia viene trabajando en el último tiempo en una propuesta normativa llamada “Ley Orgánica sobre derechos sexuales y reproductivos” que propone, entre otras cosas, el “derecho a una relación sexual independiente de la edad, estado civil o modelo familiar”.
Esta propuesta, la cual Adrián pretende introducir en la agenda parlamentaria venezolana a través de un grupo de organizaciones pro LGTBIQ+, representa una amenaza por cuanto hechos aborrecibles como la pedofilia podrían ser normalizados en el país vecino amparados bajo esta normativa.
Asimismo, la propuesta legal de Tamara Adrian también dispone que a los niños en grado de primaria se les instruya en temas de género y diversidades sexuales como la homosexualidad, transexualidad, bisexualidad, etc.