A propósito de la reciente conmemoración del 80 aniversario de la liberacion de Auschwitz y el Día Internacional del Holocausto, el analista político y columnista de Perú21 Ariel Segal hace una semblanza sobre su tía Miriam, recientemente fallecida, quien tuvo una vida marcada por ser judía.
Siempre concientizo tarde, cuando ya mis seres queridos no están en esta dimensión terrenal para rendirles homenaje. Supongo que es de humanos esperar que alguien importante para la biografía personal fallezca para entender que su historia merecía ser escrita, al menos en un texto breve de un diario.
Miriam era la «hija del medio» de tres, que los inmigrantes polacos Máximo y Rebeca Freilich tuvieron luego de inmigrar a Venezuela, salvándose de la gran catástrofe europea que, con pocas excepciones, dejó con poca familia a esa pareja.
En Venezuela, Miriam y sus hermanas Alicia, la mayor, la escritora, y Perla, la menor, quien murió prematuramente, tuvieron una infancia y adolescencia feliz, aunque siempre estuvo marcada por la insoportable pesadez del ser (en este caso, lo contrario al título de la novela de Kundera) judías, porque no solo fueron testigos del sufrimiento que aquejaba a padres enterándose de cómo sus familiares eran conducidos a mazmorras a las fabricas de muerte creadas por los nazis, si no, que aun cuando se alegraron de recibir con vida a la hermana de su madre, Gutka, y a su esposo Abraham, sobrevivientes de Auschwitz, sabían que su silencio sobre el tema era producto de un trauma del que solo contarían algunas historias, muchos años después.
La historia de la supervivencia de mis tíos abuelos acaba de publicarla mi madre Alicia por los 80 años del Día Internacional del Holocausto y la reproduzco junto a este texto.
Miriam se casó muy joven y tuvo dos hijos, Meyer y Anabel, y por eso estudió periodismo a una edad más tardía que sus compañeros de clase. Luego trabajó en la sección cultural del diario El Nacional, hoy ¨editado¨ solo por Internet porque Chávez y su pupilo Maduro les quitaron el papel periódico y el ilegitimo aun persigue a su editor y a varios de sus articulistas que marcharon al exilio. Miriam también dirigió una revista semanal en El Diario de Caracas y tenía una columna de entrevistas, con su correspondiente programa radial, llamado ¨Cara a cara¨. No retengo mucho de lo que hizo como periodista porque me fui de Venezuela a los 21 años, pero no solo porque fue mi tía, sino porque fue una excelente madre, profesional, judía, abuela- ya cuando vivió unos años en Israel porque el Chavismo no le permitía realizarse como mujer libre-, y por supuesto, fue un ser humano (por la calidad y calidez de sus amistades lo sé).
Falleció en España hace pocos días. Me hubiese gustado poder contar más sobre su legado periodístico y su breve obra, una compilación de los ¨cara a cara¨, un libro de poemas y uno titulado ¨Cada parte tuya, manual de erotismo¨ que recuerdo, le sacó canas a mi pobre abuela pueblerina pero sabia
Googleando conseguí dos artículos que, por alguna razón, parecen ser los únicos que se mantienen en la Web: nota 1 y nota 2.
Miriam Freilich Z´L, descansa en paz cara a cara con dios, el universo, la energía o lo que trascienda tras la vida.