Una nueva especie de flor ha comenzado a transformar el paisaje del valle que conecta el ramal de la carretera Panamericana con el puente Pachachaca. Se trata de la Ipomea azul, también conocida como “manto azul de la mañana”, una planta trepadora de origen tropical que, en las últimas semanas, ha invadido aproximadamente cuatro kilómetros de ruta, envolviendo árboles, cercas y muros con un vibrante color azul en forma de campanilla.
Algunas apuntan al tráfico de camiones mineros, que transitan entre los valles transportando minerales y materiales, como posible vector de propagación de las semillas. Otras voces sugieren que podrían ser las aves migratorias las responsables de haber traído accidentalmente esta flor.
El colorido ingreso a Pachacha ha ganado elogios por su belleza natural, pero algunos advierten sobre los posibles riesgos ecológicos, ya que esta planta podría estar desplazando a especies nativas, como la tradicional bella abanquina, flor emblemática de la capital regional de Apurímac.
Por ahora, el debate continúa entre la admiración por el nuevo paisaje y la preocupación por los efectos ecológicos a largo plazo. Lo que es indiscutible es que el manto azul de la mañana ha llegado para dejar huella en el corazón del valle abanquino.
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