Los reyes del Reino Unido, Carlos III y Camila, realizaron este jueves una visita histórica a la basílica de San Pablo Extramuros, en Roma, donde participaron en un acto ecuménico en favor de la unidad de la cristiandad. La actividad se desarrolló horas después de su encuentro con el papa León XIV, considerado uno de los hitos más relevantes en la relación entre la Iglesia Católica y la Comunión Anglicana en los últimos siglos.
Los monarcas descendieron primero al lugar donde se encuentra el sepulcro del apóstol San Pablo. Posteriormente, presidieron un servicio religioso en compañía del cardenal James Harvey y del abad Donato Ogliari, con la presencia del arzobispo de York, Stephen Cottrell.
Un símbolo de acercamiento cristiano
Durante la ceremonia, Carlos III —gobernador supremo de la Iglesia de Inglaterra— fue nombrado “royal confrater” (hermano real) y recibió un escaño de madera con su escudo de armas y el lema Ut unum sint (“Que todos sean uno”), en alusión a la unión cristiana.
La silla permanecerá en la basílica como recuerdo permanente de esta jornada calificada de “histórica”.
“La bienvenida de hoy a Su Majestad da testimonio de los vínculos históricos entre Inglaterra y la basílica, celebra los avances logrados en el camino hacia la unidad cristiana y ofrece un signo de esperanza”, destacó el cardenal Harvey.
También hubo lectura de textos del cardenal John Henry Newman, teólogo británico cuya influencia ha sido decisiva en el diálogo entre católicos y anglicanos.
Un vínculo religioso con siglos de historia
San Pablo Extramuros mantiene una relación especial con la monarquía inglesa, que fue protectora del templo hasta el cisma anglicano del siglo XVI. Además, allí se vivió en 1966 un histórico encuentro entre ambas ramas del cristianismo impulsado por el papa Pablo VI.
El viaje de los reyes continuará en otras actividades religiosas: Carlos III participará en un encuentro en el Pontificio Colegio de Beda y la reina Camila visitará a una comunidad de monjas católicas.


